Mentiras,
¿Por qué las decimos?
Todos
mentimos, algunos más que otros, y hay mentiras más pequeñas e inofensivas que
otras, pero, ¿por qué lo hacemos?
Algunas
veces mentir es la mejor estrategia para protegernos, para proteger nuestra
integridad de las malas intenciones de otras personas hacia nosotros. Otras
personas usan la fanfarronería, sus mentiras pueden clasificarse menos serias.
También existen los mentirosos descarados, esto implica no contar toda la
verdad, o añadir datos falsos, son mentiras peligrosas, ya que desgastan la
confianza.
La diferencia entre los hombres y las mujeres: Los hombres no mienten más que nosotras las mujeres, pero suelen mentir para sentirse mejor con ellos mismos, mientras que las mujeres tenemos más propensión a mentir para hacer que otras personas se sientan mejor.
La diferencia entre los hombres y las mujeres: Los hombres no mienten más que nosotras las mujeres, pero suelen mentir para sentirse mejor con ellos mismos, mientras que las mujeres tenemos más propensión a mentir para hacer que otras personas se sientan mejor.
Es terrible mentir, porque a veces no
quieres hacerlo y al hacerlo contaminas todo lo que tienes de mentira, ya que
una mentira te lleva a otra y a otra y es un cuento de nunca acabar, la bolita
se va haciendo más grande, por que debes sostener tu mentira inicial, que manía
de decir las cosas como no son, que manía de complicarnos, ¿no creen nenas?
Les tengo unos tips para poder
identificar a los mentirosos, es muy fácil ya que su mismo cuerpo nos lo dirá.
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Checa su lenguaje
corporal. Observa sus gestos, por ejemplo, una mirada esquiva esconde una
mentira. Un signo que te dice que está mintiendo es que tratará de disimular tocándose la nariz.
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Ten
en cuenta sus movimientos inconscientes, es decir, el lenguaje corporal interno
que no controla como el sudor o ponerse rojo.
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Analiza
su conducta, si no responde las preguntas enseguida, si habla en tercera
persona, si lo incomoda el silencio.
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Observa
sus gestos, cuando alguien sobreactúa, mira fijo, ríe en exceso, habla más
fuerte, está mintiendo.
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Oblígalo
a dar respuestas, haz las mismas preguntas de diferente forma y observa sus
contradicciones. ¡Cayó!
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El
principio del detector de mentiras es que el doble discurso autoengaña. Pero el
que sabe mentir hace que nos traguemos la carnada del anzuelo.
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